sábado, 11 de julio de 2015

¡Amá me rompieron el corazón!

Quise escribir hoy, porque leyendo cosas en Facebook me di cuenta de que hay algo que se repite deeeeemasiado (sí, con todas las “e’s” del mundo). Y esas son las personas que reaccionan a las decepciones amorosas con un “¡ME VOLVERÉ INSENSIBLE!”, ahora sí seré un/a desgraciado/a. Y probablemente sean las personas que comiencen la siguiente relación, de esta forma: Mira, he sufrido mucho y por eso no te prometo ser el más romántico; o de ésta: Es que en el pasado otros me han herido, así que me volví fría. Yo lo he hecho y les tengo que decir lo siguiente, QUE PATÉTICOS NOS VEMOS.

Pueden suceder dos cosas.

La primera (y es el caso en el que entra mi oscuro pasado), nos volvemos victimas de todo, ya saben “me hirieron” “sufrí” “di todo y recibí un corazón roto” “me usaron” y tengo un amplio repertorio, pero lo dejaré así. El caso es que cerrar una relación pensando de esta forma, nos lleva a comenzar la siguiente con el speech que les mencioné arriba. ¿Y saben qué? Después de advertir que somos fríos, ahí vamos a entregarlo todo de nuevo y el blablablá hasta que el ciclo se repita y te topes una y otra vez con lo mismo, o tu relación funcione pero te la pasas hablando de tus temores que dejó el pasado.
¡Sufrimos!

Lo segundo que puede pasar, y es la que más me preocupa, es que en realidad se conviertan en esas personas nefastas y cerradas que se la pasan hiriendo a otros y peor aún, hiriéndose a sí mismos.
Creo que todos debemos madurar. Estoy saliendo de una situación que me hizo ver lo inmadura que era (no me voy a ventanear jajaja). Aprendí que no hay nada mejor que salir de algo como eso, con la mentalidad de ¿qué voy a aprender?

Las relaciones amorosas, de amistad o familiares, cuando se acaban por una razón dolorosa, tienen mucho por enseñarnos, después de todo, no hay culpables (léase mi artículo anterior jajaja). Y lo mejor es sanar de ellas por completo, mientras aprendemos de ellas.

Llegamos al punto que llegamos por decisiones nuestras y te diré, siempre hay señales en el camino, que nos dicen cuando estamos haciendo las cosas con la persona incorrecta, pero la emoción (y muchas veces el entrar a una relación sin sanar por la anterior), nos hace no ver esas señales.

Sin embargo les hablo de un panorama en el que ya estamos “adentri”, todo acabó y no acabó muy bien ¿qué sigue? ¿salir al mundo fingiendo ser feliz? ¿decirle a todos que estamos heridos y que se preparen porque seremos más fríos que Elsa en Frozen? O podemos madurar, aceptar que las cosas no se dieron de la forma más maravillosa del mundo, pero nadie de tu futuro se tiene la culpa de eso. Ahora que si vas a actuar como Elsa en Frozen que sea cantando "Let it go".Y aprender, obviamente cambiar, pero hacerlo para algo mejor y sobre todo respetar nuestros tiempos. Si aún te duele, llora. Si hay enojo, enójate. Pero no camines en círculos, date un tiempo para estar mal, si, sólo que enfócate en que ese tiempo te servirá para desahogar y luego, sigue caminar hacia adelante, porque así, cuando sonrías, será real, cuando seas feliz, lo serás de verdad, sin pretender nada.

En este proceso, aprendí mucho de Dios y les tengo que compartir que de otra forma no hubiera podido escribir esta entrada, porque estaría ocupada fingiendo estar bien cuando no sería así o estaría comiendo litros de helado mientras lloro con canciones tristes (si, así de extremista soy).

Cada caída y fracaso, sucedieron porque así quisimos y no podemos retroceder el tiempo, solo nos queda seguir y usar lo más rescatable de esas ruinas que quedaron en nuestro pasado. Y a mis amigos que por una decepción amorosa piensan que no amarán a nadie, les diré que si lo harán, tarde o temprano así será, y que solo les queda prepararse para tratar a esa persona con todo el amor del mundo.

Como siempre, espero ayudar a alguien, es la razón por la que escribo en este blog. Que tengan un bonito fin de semana.

1 comentario:

  1. Creo que es un mecanismo de defensa volverse "fríos" después de una decepción sentimental. La madurez está en no relacionarse sentimentalmente con alguien cuando se está en esa situación, es querer recibir algo que uno no está dispuesto a dar. :)

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